
Cómo ayudar a una persona que está sufriendo un brote psicótico
Un brote psicótico puede ser uno de los momentos más aterradores para quienes lo padecen y para quienes están a su alrededor. La desconexión de la realidad, los cambios drásticos de comportamiento y el miedo pueden engañar a la razón y a la empatía. Sin embargo, hay formas de ayudar a quienes atraviesan esta difícil experiencia. En este artículo, exploraremos un conjunto de estrategias prácticas y efectivas para ofrecer apoyo a una persona que está sufriendo un brote psicótico.

Una persona en un entorno tranquilo, simbolizando la calma necesaria al ayudar a alguien que sufre un brote psicótico.
Mantener la Calma: El Primer Paso Crucial
El primer y más importante paso en el manejo de un brote psicótico es mantener la calma. Esto puede parecer básico, pero es fundamental no perder la compostura. La tranquilidad que uno proyecta puede ser contagiosa. Un entorno sereno puede disminuir el estado de activación del sujeto y ayudarlo a sentirse un poco más seguro en medio de su agitación. Mantener un tono de voz suave y facialmente neutral es esencial para generar confianza.
Buscar un Ambiente Tranquilo
Cuando una persona muestra signos de un brote psicótico, una prioridad es trasladarla a un ambiente más tranquilo. Esto implica alejarse del bullicio y las distracciones del entorno. Si es posible, llevar al sujeto a un espacio de calma, lejos de multitudes y estímulos que puedan exacerbar sus síntomas.

Un entorno acogedor y seguro, ideal para ofrecer calma y apoyo a alguien que atraviesa un brote psicótico.
Ayudar en lo que se pueda, sin invadir el espacio personal
Una vez en un espacio más adecuado, mantenerse cerca del sujeto es vital. Sin embargo, es crucial no invadir su espacio personal. Evita tocarlo o mirarlo directamente a los ojos, ya que estas acciones pueden aumentar su malestar. La clave aquí es la cercanía sin presionarlo, manteniendo una postura que no bloquee su escape, pero que le brinde compañía.
Ser Comprensivo: Entender sin Juzgar
Es esencial recordar que las conductas de una persona en este estado no son intencionales. No es el momento de juzgar ni de condenar. Se debe ser consciente de que están experimentando una ruptura con la realidad. “No culparlo por sus acciones”, es una línea que debe repetirse como mantra por quienes intentan ayudar. La comprensión juega un papel fundamental en la recuperación.
Comunicarse de manera Sencilla: Las Palabras son Poderosas
La comunicación durante un brote psicótico debe ser adaptada a la situación. Hablar con calma, utilizando frases cortas y sencillas puede marcar la diferencia. Evitar gritar o hablar apresuradamente es necesario para no agravar la situación. Así, el sujeto puede procesar lo que se le dice sin sentirse abrumado.

Un amigo sentado al lado de otra persona, representando el apoyo y la empatía durante una crisis emocional.
Llamar a los Servicios de Emergencias: Un Paso Decisivo
Si las conductas del sujeto se vuelven descontroladas y se pierde el contacto con la realidad, no dudar en contactar a los servicios de emergencias. Esta acción puede ser decisiva para garantizar el bienestar de la persona mientras se espera una intervención profesional. Es fundamental no tener miedo a buscar ayuda externa cuando la situación lo exige.
Evitar Presionar: El Respeto es Clave
En los momentos de crisis, lograr que el sujeto hable o actúe de una manera específica puede ser complicado. No presionar para que hable o para que haga algo en particular puede ayudar a evitar que el estrés y el malestar aumenten. La paciencia y el respeto por el ritmo de la persona son esenciales para una interacción efectiva.
Procesar el Evento Traumático: Un Enfoque Sensible
Cuando un brote psicótico está vinculado a un trastorno postraumático, es importante ofrecer un tratamiento individualizado. Adecuar el apoyo a la situación de la persona es lo ideal. Crear un entorno seguro es necesario para que la persona pueda mirar hacia atrás sin sentirse atrapada en su pasado doloroso. El apoyo empático y respetuoso ayuda a abrir un camino hacia el bienestar.
Estas estrategias, aunque desafiantes de implementar, permiten a quienes ayudan mantener el control de la situación y evitar potenciales peligros. Al final, ofrecer un apoyo emocional significativo a alguien que está atravesando un brote psicótico no solo es un acto de compasión, sino una parte esencial para su recuperación. Dedicarse a entender y asistir a quienes pasan por estas tormentas emocionales marca la diferencia en su travesía hacia la salud mental.
Fuente de la imagen: Somos Estupendas.